domingo, julio 12, 2009

Entrevista a Rubén Escobar, periodista hondureño del Diario Tiempo

El escritor Vicente Boix ha realizado esta entrevista; yo la he recibido por correo (no sé ni cómo me ha llegado) y me parece que merece ser difundida. La dividiré en partes porque es larga:


"ESTAMOS VOLVIENDO A LA ÉPOCA DONDE SER DE "IZQUIERDA" ERA UNA HEREJÍA"

Ante los lamentables hechos que están acaeciendo en la República de Honduras, tuve la ocasión de poder entrevistar vía internet al periodista Rubén Escobar. Actualmente él ocupa el puesto de jefe de noticias en el Diario Tiempo, rotativo ubicado en San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante del país centroamericano después de la capital Tegucigalpa.

Honduras es un país que acapara pocas noticias en Europa. Muchos no conocían a su actual presidente José Manuel Zelaya Rosales (Mel) y mucho menos su trabajo político al frente del ejecutivo. Todo cambió hace unos días cuando fue víctima de un vergonzoso golpe de estado que saltó a las primeras planas de los medios internacionales y que está provocando un rechazo sin precedentes en la región.

Por eso, para empezar, sería interesante saber un poco más del presidente ¿Quién era Manuel Zelaya antes de lanzarse a la carrera presidencial? ¿Con qué partido se presenta a las elecciones?

José Manuel Zelaya Rosales es hijo de un hacendado, ya fallecido, y de una maestra de escuela. Es oriundo de una provincia rural llamada Olancho, de allí le viene el uso de su sombrero Stetson, su estilo “ranchero” y su amor por los caballos que lo llevó a encabezar desfiles hípicos en varias ciudades del país y hasta en Managua.

Su padre fue involucrado en los años 70 en un complot en el que fueron asesinados varios miembros de la iglesia católica y civiles de izquierda, por lo que su repentina inclinación al socialismo sorprendió a muchos. Ese hecho se conoce en la historia del país como “la masacre de los Horcones”, por el nombre de la hacienda familiar de los Zelaya.

De hecho algunos detractores han llegado a señalar que un joven “Mel” era uno de los conductores de los vehículos en los que secuestraron y “desaparecieron” a los dirigentes, pero eso nunca se ha podido probar y, aunque su padre fue condenado, después fue favorecido y no estuvo preso.

Con el retorno a la “democracia” (así, entre comillas), en 1981, apareció como activista del Partido Liberal y ayudó a otros candidatos a llegar a la presidencia, hasta que el mandatario Carlos Flores Facussé, en 1998, lo nombró ministro director del Fondo Hondureño de Inversión Social (una entidad encargada de construir escuelas, jardines de niños, sistemas de agua y otras obras de infraestructura en las comunidades más pobres).

Renunció a ese cargo bajo el argumento que comenzaría a trabajar para postularse a la presidencia, cosa que hizo para las elecciones de 2005, en las que derrotó por escaso margen a Porfirio Lobo Sosa, del Partido Nacional. Aunque muchos le llamaban ingeniero, se sabe que sólo cursó 11 materias de ingeniería civil en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, porque era un mal estudiante.

A pesar de encabezar uno de los tradicionales partidos de derecha del país, rápidamente Mel dio un giro a la izquierda llegando al extremo de ingresar dentro del ALBA ¿Hay inicialmente algún motivo por el cual Mel abandona la raíz conservadora del Partido Liberal, para iniciar una serie de medidas políticas de carácter progresista y nacionalista?

De inicio nada hacía presagiar ese extraño giro, aunque se hacía rodear de personajes que en su juventud formaban parte de grupos universitarios del ala izquierda del Partido Liberal, como Patricia Rodas (nombrada canciller), Milton Jiménez Puerto (quien antes fue su canciller y en los años 80, cuando era estudiante universitario, fue detenido por los militares por ser “comunista”) y Jorge Arturo Reina (quien en los años 50 lideró un grupo que combatió contra golpistas militares y a quien él nombró embajador de Honduras en la ONU).

Todo parece indicar que las necesidades económicas lo hicieron girar a la izquierda, aunque no se descarta que bajo la asesoría de alguno de los arriba mencionados. Según sus propias declaraciones él estuvo tocando puertas de los organismos financieros y de Washington y no lo apoyaron, fue así que encontró en Hugo Chávez un arca abierta en momentos en que el petróleo alcanzaba el pico más alto en el mercado internacional. Originalmente el acuerdo consistió en vendernos petróleo, a precio de mercado, por el cual el gobierno pagaría a corto plazo 60 centavos por cada dólar del costo real mientras que los otros 40 centavos irían a un fondo de préstamo para gasto social. Ese préstamo sería a 25 años plazo, con un uno por ciento de interés, lo cual se consideraba una verdadera “ganga”.

Luego, vino la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América mediante la cual Chávez ofreció cien tractores y más dinero en préstamos. Los tractores llegaron hace un par de meses pero hasta ahora no se han utilizado y los préstamos no alcanzaron a desembolsarse, salvo el fondo petrolero que no se sabe dónde está o cómo se ha invertido.

Incidiendo en la cuestión anterior, muchos nos preguntamos si realmente el gobierno del presidente Zelaya ha emprendido cambios políticos palpables, estructurales y reales hacia una sociedad menos desigual y más justa, o si por el contrario, todo es pura fachada y retórica ¿Ha experimentado Honduras reformas significativas desde que Mel es presidente? ¿Puede poner algún ejemplo de estos cambios?

A mi entender no han habido cambios de fondo, pero si decisiones polémicas que fueron minando su relación con los empresarios, con los políticos tradicionales y con el sistema judicial. Para el caso, cuando los precios del petróleo estaban muy altos inició un proceso de subasta de combustibles y contrató a un asesor norteamericano (Robert Meyeringh), pero su plan no pudo ser ejecutado porque el gobierno no tiene instalaciones de almacenamiento de combustible y cuando trataron de expropiar los tanques de la empresa Distribuidora de Productos de Petróleo S.A. (Dippsa) la iniciativa topó en los juzgados. Ese fue uno de los pulsos que perdió contra la empresa privada y el sistema judicial.

Luego, intentó regular el tráfico de vehículos para disminuir el consumo de combustible, pero de igual modo una decisión judicial se lo impidió bajo el argumento que eso limitaba la libertad de locomoción.

Una de las medidas que conmocionó a los empresarios se dio en enero de este año, cuando subió el salario mínimo en un 60 por ciento, lo cual desató una ola de críticas por parte de los empresarios y varios medios de comunicación arreciaron campañas mal intencionadas para minar su imagen, lo cual no hizo más que fortalecerlo ante la mayoría, que es pobre, pues frecuentemente se enfrentaba a líderes empresariales y a dueños de medios, algo que los anteriores presidentes no hacían. Entonces, pasó a ser parte de los “descamisados” y aunque muchos no creían su discurso, al consultarles se mostraban al menos divertidos con las actitudes desafiantes del “presidente ante los poderosos de la oligarquía de este país” como él les llamaba.

1 comentario:

Victor dijo...

lo de honduras ya es un completo desconcierto, no se si por el interés que ha puesto la derecha en desacreditarle o en que realmente es un desgraciado.

Creo que la única solución sería vivir alli o conocer a alguien que te lo contara de primera mano.

Lo que esta claro es que es el pueblo de honduras quien debe de decidir que forma de gobierno desea, y no el ejército.