miércoles, julio 08, 2009

El cultureta: Índice de libros prohibidos




Muchos no saben que la escritura nació como una forma de control por parte de los poderosos. La escritura, enviada por los “dioses” sirvió para construir las primeras “civilizaciones”, basadas en la propiedad y la desigualdad, con execedentes de producción que se debían administrar.

La escritura pronto se descubrió muy práctica ya que, aunque estaba prohibida para la mayor parte de la población, servían para plasmar crónicas, para perpetuarse en el tiempo, para mejorar la imagen personal, para grabar a fuego las leyes que perpetuaran esas desigualdades, para asegurar los privilegios a su prole.

Pero como suele suceder, con el paso de los milenios, el invento se volvió contra sus inventores, sobre todo a partir del s XV d.C, cuando apareció algo revolucionario: La imprenta. Los libros ya no serían elementos caros e inaccesibles, ya no serían sólo elementos decorativos en casas de nobles y mecenas.

Las ideas se extendían rápidamente por el mundo de mano de imprentas (en muchas ocasiones ilegales). Un invento sólo comparable con internet (que también tuvo origen en los poderosos, en este caso los militares de U.S.A).

Ante el nuevo escenario que llegaba a Europa la iglesia católica trató de reaccionar, aunque muy tarde, cuando las “heregías” protestantes eran imparables. Su arma fue el Index Librorum Prohibitorum, creado en 1559 por la Sagrada Congregación de la Inquisición de la Iglesia católica Romana.

El Index contenía nombres de autores cuyas obras entaban prohibidas en su totalidad, obras de otros autores o anonimas y tambien un detallado repertorio de los capitulos, páginas o líneas que debían ser cortados o tachados (Labor encargada a los bibliotecarios).

Así Cervantes tuvo que suprimir del Quijote (2.ª parte, capítulo 36) la frase «…las obras de caridad que se hacen tibia y flojamente no tienen mérito ni valen nada.».

El Índice fue actualizado regularmente hasta su suspensión, en 1966, con materiales que se fueron agregando tanto por la Congregación como por el Papa.

La lista incluyó a autores literarios como La Fontaine (Contes et nouvelles), pensadores como Descartes o Montesquieu y científicos como Conrad Gessner o Copérnico. Johannes Kepler, que defendió en 1618 el heliocentrismo de Copérnico, fue a su vez incluido en el Índice.

La trigésima segunda edición, de 1948, última publicada, contenía aproximadamente 4 000 títulos censurados por varias razones: herejía, deficiencia moral, sexo explícito, inexactitudes políticas, entre otras. La lista incluía buena parte de los novelistas del siglo XIX, como Zola o Balzac, cuyas obras estaban prohibidas completas, o Victor Hugo, del que Los miserables no fueron retirados hasta 1959.

Otra inclusión significativa es la del sexólogo holandés Theodoor Hendrik van de Velde, autor del manual de sexo El matrimonio perfecto, en el que se animaba a los matrimonios a disfrutar del sexo.

Como apuntan en la Wikipedia: “Los autores notables por su ateísmo, como Schopenhauer, Marx o Nietzsche, o por su hostilidad a la Iglesia Católica, no suelen figurar en el Índice, puesto que tales lecturas están prohibidas ipso facto. Se incluye, más bien, a aquellos autores y obras de los que los fieles pueden no ser inmediatamente conscientes de que sus posiciones son gravemente contrarias a la doctrina de la Iglesia.”

Este indice tuvo especial repercusión en los países católicos, como España, Italia, Polonia, o regiones como Quebec. En estos lugares era muy difícil encontrar copias de estos libros, especialmente fuera de las grandes ciudades.

Podríamos reflexionar sobre lo que hoy día pasa con internet. La iglesia ya no tiene el poder de entonces, pero el testigo lo han cogido los estados (como el Chino o el Americano, que han encontrado en internet una forma de encontrar y controlar a los elementos "subversivos" de sus sistemas políticos) o como los grandes monopolios empresariales (que a través de distintos mecanismos pueden realizar enormes listas de individuos sabiendo sus gustos, apetencias, y que a través de distintos métodos sugestivos o psicológicos nos inducen al consumo).

Pero mejor dejemos esto para otro día. Un saludo y sed felices

1 comentario:

ana ca_sa dijo...

Es complicado mantenerse apartado, o por encima, de la multitud de manipulaciones a las que el hombre está sometido por los que ostentan el poder.
El conocimiento está claro que es fuente de poder y siempre los poderosos lo van a manipular (al menos no van a dejar de intentarlo).
La escritura, la imprenta, internet...¡Qué maravilla! pero cuidado, siempre cuidado. Guardarse las espaldas e intentar ser libres.
Buen artículo.