martes, octubre 06, 2009

Relatos hiperbreves: Relámpago

Bueno, antes de nada, comentar los resultados de la anterior semana.



El relto "La Llave" (ed) y Responsabilidades (Víctor M. R. Cañamero) alcanzaron una nota media de 4,83, mientras la "Llave 2" y "el avaro" alcanzaron un 4 y un 3,83 respectivamente (Ana Cañamero) 

Una vez anunciado esto, pasamos de nuevo al concurso semanal:


¿Te atreves a contarnos una historia en un máximo de 150 palabras?

Las reglas son sencillas


El ganador de cada semana debera de elegir una palabra y una imagen (la imagen es optativa), en este caso será ED, sobre los que se fundamentaran los relatos de la siguiente semana.


Los textos no deberan superar las 150 palabras


Deben de ser enviados, junto al título, a la dirección de correo victorcana (@) hotmail.com antes del próximo martes.




LA PALABRA PARA ESTA SEMANA SERA:


CARAMELO

Los ganadores de cada semana, además de eleguir la siguiente palabra, podrán optar a la encuesta para ser el mejor relato mensual.



Esta semana tenemos tres relatos:

Fotos


Tenía la imagen perfecta. Le llamaban pesado porque siempre tardaba siglos en sacar una simple foto. Pero para él se trataba de hacer perdurar aquella belleza natural. Su manera de compartir las maravillas de la naturaleza.

Ya había guardado la cámara cuando un relámpago le recordó que debía correr para unirse al grupo. Las gotas empezaron a empaparle demasiado rápido. No conseguía ver el camino. Gritó el nombre de sus compañeros pero sólo le contestaban los truenos.

Sin saber qué hacer miró la funda de la cámara empapada. El agua a modo de lágrimas intentaban lavar la rabia y la impotencia que sentía. ¡Todo a la mierda! ¿Por qué todo puede verse tan negro en tan sólo unos minutos? Sacó su cámara, empapada. Quizá a través de aquel objetivo las cosas se veían de otra manera.

Todo tiene un precio.

¿Qué se hace cuando ya se tiene todo lo que se puede conseguir?

Cogió el cubo metálico y lo colocó encima de la montaña de cacharros y cachivaches que había acumulado a lo largo de su vida. Orgulloso observó la obra mientras se acercaba la tormenta ¿Qué más podía hacer que le hiciera sentir tan vivo? La propia vida era un bajo precio para sentir el trueno que pronto le anunciaría el relámpago.

Luna llena


La repentina sucesión de truenos y rayos en la noche sobresaltaban su carrera, distrayéndola de esos periódicos dolores cada vez menos distanciados. Atrochando por el bosque intentaba llegar al nuevo dispensario médico. Sintió una lluvia entre las piernas al compás del aguacero que comenzó a golpearle la cara. Tanatcha recordó a la abuela pronosticando ‘nacerá con la luna llena’. Agarrándose el vientre se agachó, jadeando, entre dos árboles muy cercanos. Extendió sus brazos para alcanzarlos e hizo toda la presión que pudo sobre las palmas de las manos. Al fín bajó éstas para recoger a su hijo al tiempo que un rayo partía el cielo y el poderoso relámpago iluminaba la nueva vida.

Una enorme luna llena anaranjada lo observaba todo y parecía sonreir.

Autores: Víctor M R Cañamero, Elena Ruiz, Ana Cañamero

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