martes, marzo 17, 2009

Relato Hiperbreve: Codo

Buenas gente. Como siempre, primero explico las reglas para la semana que viene:

Los relatos hiprebreves no han de superar las 150 palabras (pudiendo ser desde 1 a 150). En esta ocasión tendrán que contener la Palabra LIBRO (Nadie a propuesto ninguna palabra).

Los relatos tendrán que ser enviados, junto con su título a la dirección victorcana (arroba) hotmail.com. En el asunto debéis poner "Relato".

Os recuerdo que durante la semana que duren las votaciones los autores permanecerán en el anonimato.

También os recuerdo que debéis votar a todos los relatos, si uno no os gusta, pues le ponéis un uno, pero no lo dejéis sin votar.


Sin más, aqui tenéis los relatos de esta semana. Palabra: CODO:

Borracho

01-05-2009

-¿Cómo está señora? Uff, tiene usted la cara desfigurada. Según el parte médico dos costillas rotas, cortes en …

-No, no es nada… ya estoy mejor, gracias.

-Bueno, tenemos las denuncias de sus vecinos, nos hace falta ahora la suya

- No, yo... no, no quiero denunciar. Es un buen hombre. Sólo le gusta empinar un poco el codo… eso le hace daño, le vuelve loco…

-Usted verá pero esto puede acabar muy mal.

15-08-2009

-Bien, dicen que le oyeron insultarla, amenazarla de muerte, golpearla… los niños lloraban, ella suplicaba. Ustedes avisaron a la policía y, temiéndose una tragedia, aporrearon la puerta. Ésta entonces se abrió y ella apareció ensangrentada, los ojos desorbitados, con un cuchillo en la mano derecha… y él, en el suelo, con un gran corte en la garganta….

-Sí señor agente, pobrecita, repetía una y otra vez ‘era un buen hombre, era un buen hombre…’

La Distancia

Ayer, como mar en calma, yacía sereno en mi dormitorio, arropado por una sábana fría, con media sonrisa. Hoy llueve sobre mí: caen incontables gotas que se deslizan por mi pelo y se mezclan con mis lágrimas. Mis pies pisan barro, montones de él. En mis manos, un collar de mujer.

El amanecer me despertó con un grito. Corrí hacia la habitación de mi hija y allí la encontré, inerte. Me sentí hundido: en las ultimas semanas nos habíamos distanciado a causa de una estúpida riña. Ahora, tarde, se los problemas que la atormentaban, pero, ¿y si lo hubiera sabido antes, habría cambiado algo? ¿Me necesitó y la fallé?

Extraña paradoja comprender mejor a una persona una vez ya se fue. Caigo de rodillas en su tumba, sintiendo un profundo dolor. Me gustaría cogerla de la mano, decirla que lo siento... pero ahora ya no es una pared, ahora son 5 codos de tierra lo que no separa.

Valiente idiota

Se levantó de la silla decidido ante las miradas de sorpresa de los ahí presentes. Se giró hacia su compañero de la derecha, con mirada desafiante. Se subió las mangas de la camisa de rayas blancas y verdes comprada en el hipermercado, en una oferta de 3x2.

-Así que no me ves capaz, ¿eh? –preguntó, confirmándoles a todos los de la mesa que estaba totalmente dispuesto a hacerlo.

Su compañero sonrió divertido. Aunque pronto se acabó la diversión cuando vio que su amigo había comenzado a intentar tocar la nariz con su codo.

-¡Valiente idiota! – suspiró.

Él se detuvo y miró triste a su codo. Se bajó las mangas y volvió a sentarse en su silla, rendido.

-¿Y bien?

-Está bien, tienes razón. Es imposible tocarse la nariz con el codo.

-¡Ya te lo había dicho yo! –dijo acompañado de las risas de todos los amigos sentados a la mesa.


PESADA


El codo volvió a impactar contra sus riñones, pero quiso pensar que no se trataba más que de un error. Decidió cambiar de posición y se alejó unos pasos. Pero ella le siguió y cuando se disponía a levantar la mano para tratar de llamar la atención de un compañero volvió a sentir el mismo golpe. Aquello no era un error.

Enfadada, y sin pensarlo mucho, levantó el brazo y le metió una colleja

- PIIIIIIIIIIIIIIIII ¡Anti deportiva! – Señaló el Árbitro.



Autores: Luis Alberto Peña, Víctor Manuel Ruiz, Ana María Cañamero y Verónica Lorenzo

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